miércoles, 20 de febrero de 2008

De como aprendí a sacar la cara de la mierda

O al menos un buen ejemplo....

Hoy en día cuando escucho quejarse a mis allegados, compañeros de trabajo, y otros seres que decoran mis días, no puedo evitar sentir una especie de lástima mezclada con indiferencia mezclada con ganas de poder entender como hace la gente para sufrir.

Ahora dejando de lado el comentario anecdótico, hace unos instantes llegó a mi casilla de correo (o imeil como le decían antes, porque había otra clase de correo) un aviso producido por el servidor donde se hospeda el sitio web de mi anterior empleador, inidcando que una persona había dejado sus datos en dicho sitio, presumiblemente con intensiones de ser contactada. Esta es una funcionalidad completamente normal en ese tipo de sistemas. El sitio es tan poco interesante que desde que lo activé para que me avise de esas cosas, me llegaron unos 20 avisos, y nunca tuve que molestarme en apagarlo. Lo que si me llamó la atención, es que era el nro 19 (de los 20) que se trataba de basura, el residuo de un programa cuya función es recolectar direcciones de correo (o imail) de cibernautas desprevenidos o desinformados.

Eso disparó una serie de recuerdos sobre ese lugar, sobre que se sentía estar ahi, la serie fue más o menos así:
  1. por qué me llega esto a mí si hace más de 6 meses que no trabajo ahí
  2. por qué la clave para hacer cualquier tipo de cosas con ese sitio todavía es la misma
  3. que en ese momento no me hubiera parecido raro
  4. que no había más que dos cuentas de correo en esa empresa, la de mi jefe, y la de la empresa en general, que ambos se bajaban en el mismo outlook express, y que las claves estaban en una notita en la máquina de enfrente
  5. que esa máquina era la única de la empresa con internet
  6. que el conocimiento sobre el mantenimiento de pc es escaso en la empresa
  7. que hace pocos meses pude ver todos los (2) cv que fueron enviados en respuesta a un aviso en el diario
  8. que en ese lugar yo me sentía bastante mal
PERO, no lo sabía, o mejor dicho lo sabía pero no daba cuenta de la magnitud de su efecto. En retrospectiva me doy cuenta de que normalmente cuando uno tiene un problema que a simple vista parece inposible de resolver, que se siente como una masa de malestar que rodea la conciencia, suele tratarse de una cuestión de perspectiva.
Y lo mejor, que en un afortunadamente alto porcentaje de ese tipo de situaciones, se solucionan de manera abrúptamente simple: sacando la cara de la mierda. Analizando el problema con otros ojos.

Gente, a ponerse las pilas, quejarse hace daño a la inteligencia.

cierro con una cita de un allegado: " Indie In Love: esos tipos son muy pateticos y tienen mas plata que nosotros "

y una que sepamos todos:
http://www.divshare.com/download/3842334-c8e

1 comentario:

Inés dijo...

la "gente" invierte muchisima energia e inventiva en sufrir y justificarlo! algunas veces...a veces pienso que muchos se sienten bien así...como sacarle el latigo a un mazoquista o algo parecido no?

uff!

saludos por acá, esta bueno el titulo del blog.
:)